El melón es una de las mejores frutas del verano. Es súper refrescante, muy dulce y sabroso (siempre y cuando sepamos elegir bien la pieza, claro).
En mi caso, como soy una lerda para elegir un buen melón (me hace mucha gracia ver en los supermercados a las personas que cogen, pesan, estrujan, cachetean o hasta escuchan el contenido de un melón para “saber” si va a salir bueno.
Yo soy más simple, y para no equivocarme nunca, suelo escoger los de Villaconejos (Bollo, Pillín, etcétera) que son los que tienen en mi frutería habitual. Son algo más caros, pero suelen salir deliciosos.
Además de deliciosa, el melón es una fruta con un alto porcentaje de agua, casi un 80% y muy pocas calorías. Es rica en potasio, contiene cantidades elevadas de vitaminas A, E y moderadas del grupo B y C. Su contenido en antioxidantes por lo que está altamente indicado en dietas de adelgazamiento y depurativas.