¿Creéis que se puede nutrir el estado de ánimo mediante la alimentación? ¿O acaso no tiene nada que ver una cosa con la otra? Sí, somos lo que comemos y nuestro estado de ánimo puede variar según ello.
¿Podemos mejorar nuestro estado de ánimo mediante la alimentación? Claro que sí. Siguiendo algunos consejos dietéticos se puede conseguir estabilizar el estado de ánimo y mejorar el humor. ¿Queréis saber cómo?
La clave consiste en comer bien y variado. Tomar por la mañana frutas frescas, lácteos desnatados o mejor todavía, leches vegetales (recomiendo la de avena) y cereales integrales es una de las mejores maneras para activar el organismo y comenzar a rendir durante la toda la jornada.
Una carencia de vitaminas y minerales facilita el decaimiento del ánimo y la energía. Para ello es aconsejable tomar una serie de medidas preventivas.
No deben faltar en la dieta diaria los alimentos que contengan:
Vitaminas del grupo B, que ayudan a cuidar la salud de las conexiones nerviosas del organismo. (Alimentos ricos en vitaminas del grupo B: cereales integrales, verduras de hoja verde, levadura de cerveza y germen de trigo).
Vitaminas A, C y E. Todas ellas, conocidas por su poder antioxidante y facilitar la regeneración del organismo (Alimentos ricos en esta vitaminas: frutas y verduras).
Magnesio y Potasio. Dos minerales que aportan tono y resistencia a los músculos. (Alimentos ricos en magnesio: frutos secos, legumbres y cereales integrales. El plátano es rico en potasio).
Triptófano. Aminoácido indispensable para producir serotonina, neurotransmisor que regula el estado de ánimo. (Alimentos ricos en triptófano: plátanos, lentejas, dátiles). Ya hablaré con más detalle de ello en otro post.
Por otra parte deben evitarse los siguientes alimentos:
Azúcar y carbohidratos simples (azúcares o productos refinados), ya que éstos aparentemente calman la ansiedad pero también incitan a seguir comiendo (ansiedad por comer). Es aconsejable optar por carbohidratos complejos o compuestos ( cereales integrales, legumbres, verduras y algunas frutas) que se digieren más lentamente y sus nutrientes alimentan nuestro organismo y cerebro.
Por último, se deben evitar o moderar al máximo el consumo de bebidas estimulantes como café, té negro (aunque una taza por la mañana puede ayudarnos a “despejarnos”, pero no más) y evitar las colas y bebidas alcohólicas, ya que no nos ayudarán a mejorar nuestro estado de ánimo, ni a mantener nuestro humor estable….
¿Y vosotros? ¿Cuidáis vuestra alimentación? ¿Seguís las pautas mencionadas en este post? ¿Creéis que la comida puede mejorar o empeorar vuestro estado de ánimo? Estaré encantada de leer vuestros comentarios!!
Besos desde mi blog!!!
Buenas tardes Gemma,
He seguido tu trayectoria como blogger casi desde que empezaste y siempre he tomado toda la información sobre la que escribes como importantes puntos de referencia, ya que por comentarios de otras personas o por comprobación propia, he descubierto su certeza.
Recuerdo un post que escribiste es verano sobre el estado de animo y la alimentación y en ese momento fue una fuente de inspiración para mí porque estaba pasando una etapa más nerviosa de lo normal por una cuestión personal (mi pareja tenía pendiente realizar la ruta Transalpina en bici) . Como consecuencia de ello, apenas dormía por las noches y en los periodos de insomnio largo llegaba a padecer episodios de nerviosismo y ansiedad. Con el fin de mitigar ese estado, tomaba 2-3 galleta o zumo (por si conseguía mitigar el estado de vigilia ingiriendo algún alimento). Empezó ocurriendo un par de veces por semana y pasó a ser diario. Al final de verano la cantidad llegó a multiplicarse por 5 (teniendo en cuenta que son alimentos que no consumo durante el día porque no soy golosa y dada a tomar galletas y otros dulces). Como consecuencia, he tenido empachos y problemas estomacales. Noté que se había convertido en un problema cuando me despertaba a todos los días a media noche con sensación de hambre y sed, aún habiendo cenado correctamente (llevo varios años siguiendo las misma rutina alimenticia y no he tenido problemas antes).
Pensé que erradicado el problema que me quitaba el sueño acabaría con el problema, pero no ha sido así. Se me ha alterado el ciclo de sueño, sigo teniendo los episodios nocturnos y como consecuencia no tengo apetito ni a la hora del desayuno ni casi en la comida. He engordado unos 3-4 kg desde junio hasta octubre y estoy desesperada. Soy consciente de que estoy desequilibrada.
Siempre he seguido una alimentación muy sana y equilibrada, y tanto mi pareja como yo nos cuidamos especialmente en el ámbito alimenticio. Soy deportista (corredora y jugadora de padel) y de no ser por la actividad física esta etapa ya habría acabado conmigo. Estoy constantemente leyendo artículos al respecto y me duele verme reconocida en los síntomas del Síndrome del comedor nocturno.
Quiero recuperar mi estabilidad alimenticia, mi peso anterior y mi descanso.
He probado Melatonina y me recomendario Triptofano, pero no lo he probado. Ahora mismo tomo comprimidos para dormir y me sigue sucediendo.
Ya que tengo en alta consideración tus conocimientos sobre la materia, me gustaría pedirte ayuda al respecto.
Un saludo y gracias de antemano
Hola Joana! Muchas gracias por tu fidelidad hacia mi blog. He estado pensando en tu problema y mis consejos son los siguientes:
Primero de todo: Piensa que tu problema está en tu mente. Si tú crees que tienes un desorden o síndrome del comedor nocturno, lo tendrás. (No sé si me explico). Con ello quiero decir que no leas más en internet sobre este tema o realmente te pondrás enferma. Cada persona es diferente y lo que puede ser bueno para ti quizá no lo es para otra persona.
La raiz de tu problema vino por un episodio en tu vida que te causó ansiedad. Hasta ahí estamos de acuerdo. Pero ese problema se solucionó, ¿no? Tu pareja sigue contigo y no pasó nada malo en su aventura transalpina, ¿verdad?
Céntrate en esto, para a partir de ahora intentar cambiar el punto de vista de tu «hambre nocturna».
Cuando te despiertes con ganas de comer, lo que puedes hacer para calmar tu «apetito» (en parte convulsivo) puede consistir en tomar una o dos tazas de infusión (que ya tendrás preparada en un termo y lista para tomar). Te recomiendo la valeriana, tila, manzanilla, o algún compuesto o preparado relajante. (Uno de mis favoritos que suelo dar a mi hija de 18 años cuando no puede dormir o yo misma cuando también tengo un gusanillo antes de acostarme consiste en una infusión de OmTeaShanti que se llama «sin preocupaciones». Sus ingredientes son manzana, hinojo. melisa, cacao, manzanilla, tulsi, aceroal, aciano limonaria, y acerola. Su sabor es muy agradable y matarás tres pájaros de un tiro, hambre, sed y relax. 🙂 Lógicamente nada de galletas. Puedes pasar sin ellas. Dudo que tu estómago te pida comida después de dos tazas de infusión.
Antes de acostarte toma 1 cápsula de Arkorelax con valeriana, triptófano y vitamina b6. En principio pueden tomarse junto a las pastillas para dormir (pero consulta a tu médico por si acaso). En el caso de que tomes benzodiacepinas, ve disminuyendo la dosis poco a poco, (cada tres dias por ejemplo) hasta dejar de tomarlas y optar solo por el Arkorelax o una taza de infusión de valeriana, o similar.
Ahora debes echar un pulso a tu fuerza de voluntad y a tu mente. Si quieres, puedes. Una vez encauzado el problema, y si dejas de comer por la noche, perderás los dos o tres kilos que has cogido, con facilidad.
Y por lo disciplinada que eres, estoy segura de que lo conseguirás. Ya me irás contando. Besos