El Sol: ¿Amigo o Enemigo?

El Sol ya está empezando a pegar fuerte este año.

Puede parecer un tópico, pero es necesario tomar precauciones para proteger nuestra piel de los efectos nocivos del sol.

Muchas cremas faciales hidratantes diarias ya contienen una base de protección UVA 15 como mínimo, pero eso no es suficiente, debemos proteger todo nuestro cuerpo de los rayos solares, aún más los bebés, los niños y las personas de piel muy blanca y sensible, como por ejemplo yo misma, que ya he sufrido sus garras varias veces.

El Sol puede ser nuestro amigo, porque tomar el sol en pequeñas dosis adecuadas es
una fuente de beneficios para la salud al desencadenar un proceso que termina en la fabricación de vitamina D

A su vez, la vitamina D fomenta la producción de calcio y de fosfatos, haciendo que huesos y dientes se fortalezcan. Sin la vitamina D, los huesos pueden llegar a ser débiles y frágiles, causando enfermedades.

Por otra parte el sol es un excelente antidepresivo, ya que ayuda a levantar y mejorar estado de ánimo. La luz del sol resulta imprescindible en la regulación de la secreción de hormonas y neurotransmisores.


 Pero el Sol puede ser nuestro enemigo
si lo tomamos sin precauciones, porque de lo
que no hay ninguna duda es que la exposición de la piel al sol sin filtro protector puede causar cáncer.

Una exposición excesiva al sol produce daños en la piel y el envejecimiento y manchas en la misma. (Hablaré en otro post sobre este tema).

Es importante saber que los efectos del sol son acumulativos. Aproximadamente el 80% del daño solar se produce en las personas antes de cumplir los 18 años de edad.

Por este motivo, es importante que ya desde la más tierna infancia, protejamos a nuestros hijos de la intensidad de los rayos solares y evitemos su exposición directa al sol en las horas de mayor intensidad y siempre deben estar protegidos por una crema fotoprotectora adecuada a su tipo de piel.

Algunas de las medidas para tomar el sol de una manera saludable son:

Empezar a tomar el sol gradualmente y evitar siempre las horas de mayor intensidad ( de 11 a 17 horas).

Aplicar media hora antes de la exposición al sol, una crema fotoprotectora adecuada a cada tipo de piel, y repetir su aplicación periódicamente después de bañarse en el agua.

El agua y la arena reflejan y aumentan la intensidad solar por lo que es necesario también aumentar las medidas de protección adecuadamente.

Para evitar las insolaciones es conveniente cubrirse la cabeza con una gorra o sombrero, y alguna prenda de algodón (mejor de color blanco) si fuese necesario.

Se debe beber mucha agua para estar siempre debidamente hidratados.

También es importante utilizar gafas de sol y protector labial para proteger nuestros ojos y nuestros labios de las posibles quemaduras del sol.

Disfrutad del sol sin riesgos, por favor!!!

Besos desde mi blog!!!