La belleza corre en la sangre de la familia creadora de Sisley: una empresa francesa, familiar – y con una historia bastante fabulosa, en realidad. Fue establecida por un empresario visionario, Hubert d’Ornano, en 1976, que comenzó a unhacer inmejorable uso de las plantas y aceites esenciales, para ofrecerles como ingredientes activos en productos de belleza de alta gama. (Aunque, de hecho, la belleza del patrimonio de Sisley se remonta más allá de eso: el padre de Hubert d’Ornano, Comte d’Ornano Guillaume, ya había sido en parte creador de otra marca de cosmética de alta gama en el pasado).

Sisley sin duda se ha convertido en sinónimo de cuidado de la piel de lujo en todo el mundo, pero lo que algunos amantes de las fragancias no conocen sobre Sisley, es que tiene un abanico de perfumes impresionante, puesto en marcha en 1976 con el aliento del aire fresco en “Eau de Campagne”: una brisa de aire fresco y libre en una botella (y una maravillosa manera de revivir los espíritus decaídos, libres, audaces y eternos).
El pasado 25 de septiembre, Hubert d´Ornano, abandonó el mundo de los vivos. Tras su fallecimiento, todas las personas que, de una forma u otra, están (o han estado) ligados a Sisley, se sienten algo huérfanos, pues nos ha dejado un hombre excepcional.

Por ello, desde Sisley quieren rendirle homenaje recordando su última creación, aquella que, según nos cuentan sus más allegados, le hizo más ilusión en los últimos días de su vida, su biografía en la que nos narra su vida desde dos puntos de vista inevitablemente enlazados entre sí: sus orígenes familiares y profesionales.
Desde mi blog, me sumo a esta tristeza, y me gustaría compartir con todos vosotros unas unas maravillosas palabras del creador de Sisley sobre el libro La Belleza Compartida, disponible en los centros El Corte Inglés y en el e-commerce de Sisley:
Leer más