Por si todavía no lo sabíais: no solo el pescado azul (tipo atún o salmón) o es rico en Omega 3. Las semillas de chía son una fuente vegetal de estas grasas saludables.
Las semillas de chia se han convertido en unas aliadas de la cocina moderna y healthy (a pesar de que hace 10 años no las conocía casi nadie). Tanto por su poder aglutinante y espesante (¿Habéis probado los puddings con chia o los pasteles y/o panes con esta semilla?) como por sus excelentes propiedades nutritivas, antioxidantes y depurativas, haciendo de ellas un complemento alimenticio súper completo.
Las semillas de Chia tienen altísimos valores nutricionales y propiedades medicinales. Por siglos, esta diminuta semilla fue usada como alimentos principales por grupos indígenas al suroeste de Estados Unidos y México.
Los antiguos guerreros aztecas usaban estas semillas como un alimento de resistencia y alta energía, es más, se la conocía como “el alimento de caminatas”, ya que subsistían con semillas de Chia durante sus conquistas.
Este pequeño gran tesoro nutricional, contiene vitaminas del grupo B (niacina, B-6), caroteno o pro-vitamina A y sales minerales como calcio, hierro, fósforo, potasio, magnesio, y zinc.
Son una buena fuente de Omega 3 de alta calidad, siendo una opción fantástica opción para obtener estos grasos ácidos esenciales, sin necesidad de comer pescado azul. (Ideal para dietas vegetarianas).
Su alto contenido en fibra (33,6%), permite aumentar el volumen del bolo fecal que transita por el tubo digestivo, lo que se debe principalmente a su capacidad para absorber agua. En consecuencia, las heces se vuelven más voluminosas y suaves, debido a la mayor hidratación.
Además, el aumento del tamaño del bolo fecal estimula el tránsito intestinal, regula los movimientos intestinales, evitando el estreñimiento, y siendo recomendable también para aquellos que padecen el Síndrome del Intestino Irritable, (O colon irritable), así como para aquellos que están siguiendo una dieta para perder peso.
Pero eso no es todo:
Las semillas de chia se pueden consumir como método preventivo o para acompañar alimentos como por ejemplo el uso de muesli o nueces en yogur o ensalada, pueden sustituirse o complementarse con semillas de chia molida, o como he dicho al principio, en puddings, como parte activa del mismo o en panes, dulces y repostería.