La primera vez que vi a alguien entrenando con las Kettlebells fue en mi gimnasio, hace ya un par de años.
No pude aguantar mi curiosidad, y le pregunté a ese chico que estaba entrenando con dos bolas negras con asas, qué era lo que estaba haciendo.
Verle entrenar era un verdadero placer, ya que parecía un malabarista agitando un par de plumas a su antojo.
Cuando intenté coger una de sus “bolas” fue cuando me di cuenta de la complejidad de su trabajo.
Ni con ambas manos fui capaz de levantarlas hasta la altura de mis hombros.
El chico, un inglés que acababa de aterrizar en España para dar a conocer y entrenar con las Kettlebells, me estuvo explicando en qué consistía este sistema de entreno, y a partir de ahí, tomé algunas lecciones básicas con él. (Siempre me gusta estar al día de todas las novedades en disciplinas de entrenamiento).
Las Kettlebells son unas pesas rusas que sirven para denominar un método de entrenamiento, todavía novedoso en España, pero muy conocido en otros países.
Las Kettlebells tienen forma esférica con una base plana en la parte inferior y un asa en la parte superior. Los hay de muchos pesos diferentes, oscilando entre los 8 Kg. y los 48 Kg.
Los ejercicios con las Kettlebells ayudan a trabajar el sistema cardiovascular y la fuerza de forma simultánea, gracias a los movimientos que lo caracterizan.
En una sesión de 30 minutos se pueden trabajar diferentes objetivos a la vez y obtener beneficios de todos ellos.
En una sesión, se combina el trabajo de la parte superior e inferior del cuerpo, siempre involucrando los músculos abdominales y estabilizadores, (conocidos como «core muscles» o «power house») importantísimos para adquirir una postura correcta.
Es ideal para ponerse en forma, acelerar el desarrollo de la fuerza global, combinar correctamente fuerza y flexibilidad, tonificar los músculos, perder grasa corporal y mejorar la postura.
Entrenar con estos pesos tradicionales rusos ayuda a mejorar la coordinación muscular, ya que al practicar sus ejercicios se involucra toda la musculatura del cuerpo en cada uno de los movimientos, de tal manera que el cuerpo aprende a trabajar con una especie de sinergía entre todas sus partes como si fuese una máquina perfecta y coordinada.
(Algunos de sus ejercicios imitan las actividades del mundo real, como trabajos agrícolas o palas de arrastre).
Para alguien que no haya practicado nunca Kettlebells con anterioridad, es aconsejable que empiece con el peso más bajo, pero siempre bajo la supervisión de un entrenador personal, ya que puede ser peligroso, sobre todo para aquellos que tienen problemas de espalda u hombros, o bien una base débil. (Y evitar contracturas y dolor en algunas zonas de la espalda, piernas y brazos).
¿Y vosotros? ¿Conocíais las Kettlebells? ¿Habéis visto alguna vez a alguien realizar una sesión de entrenamiento? ¿Las habéis “probado”?
Yo sí, y os aseguro que parece muy fácil y sencillo cuando ves a un experto en Kettlebells realizando sus ejercicios de entrenamiento, pero, cuando eres tú el que intentas hacer los mismos ejercicios, es mucho, mucho más complicado, pero no por eso deja de ser muy interesante!!!
Ya han pasado algunos años desde que escribí este post, y os aseguro que las kettlebells son lo más normal del mundo. Se pueden encontrar en Decathlon, Amazon y en cualquier gimnasio para practicar entrenamientos de fuerza, hiit, o similar.
Besos desde mi blog!!!