Además de proteínas, hidratos de carbono y grasas, que son macronutrientes (ya que el cuerpo los necesita en grandes dosis), nuestro organismo requiere de otros nutrientes en pequeñas cantidades, pero no por ello, sin menos importancia. Estoy hablando de los micronutrientes. Seguro que, si os hablo de vitaminas y minerales, ya os habréis familiarizado más fácilmente con el concepto.
En este post, vamos a ver las vitaminas «vitaminas y sus funciones«. que se distinguen en dos grandes grupos:
VITAMINAS HIDROSOLUBLES
Se disuelven en agua y están presentes en las partes acuosas de los alimentos. A este grupo pertenecen la vitamina C y las del complejo B (B1, B2, niacina, ácido fólico, B6, B12, ácido pantoténico y biotina).
Nuestro organismo tiene una capacidad muy limitada para almacenar estas vitaminas y se eliminan fácilmente por la orina; por lo que se recomienda su ingesta diaria.
La necesidad de vitaminas hidrosolubles diaria debe siempre tener en cuenta el nivel de actividad física cada persona, dado que el ejercicio o ciertas actividades físicas o psíquicas activan numerosas reacciones metabólicas cuyas vitaminas son las coenzimas.
Las podemos obtener de la fruta, (sobre todo cítricos y kiwis) y de algunas verduras, leche, cereales y algunos productos cárnicos (B-6 y B-12 por ejemplo)
VITAMINAS LIPOSOLUBLES
Son aquellos micronutrientes que se absorben y transportan con los lípidos de la dieta en forma de micelas y pueden almacenarse durante meses e incluso años en la grasa del cuerpo o en el hígado. Son de más difícil eliminación, aunque en determinados períodos deben consumirse en cantidades suficientes. En este grupo cabe destacar la vitamina A, E y D.
Las podemos obtener de los aceites de primera presión en frío (de pescado y vegetales), del hígado, mantequilla, frutas y verduras verdes y amarillas, yemas de huevo, leche, y algunos frutos secos.
En cuanto a los MINERALES, se distinguen dos grandes grupos: