El membrillo destaca por sus excelentes propiedades nutricionales y antioxidantes
El membrillo es una fruta típica del otoño (e invierno) que no suele comerse fresco debido a su sabor ácido y áspero. Ello no quita su empleo sobre todo para la elaboración de mermeladas, confituras, jaleas y carne o dulce de membrillo. ¿Quién no ha comido alguna vez carne de membrillo con queso, frutos secos, galletas o uvas? ¡Es un postre exquisito!
La fruta en sí contiene pocas calorías (menos de 26 kcal por cien gramos), pero al consumirse normalmente en su versión cocinada con azúcar, lo convierte en un postre a evitar o tomar con mucha moderación para las personas que quieren perder peso, a no ser que lo tomen edulcorado o sin azúcar.
Es un excelente complemento para los niños, jóvenes y deportistas, ya que es una buena fuente de hidratos de carbono simples (gracias al azúcar), vitaminas (provitamina A, C, B1, B2), fibra (pectinas y mucílagos) y minerales (potasio, magnesio, calcio, fósforo, manganeso, hierro).
(pectinas y mucílagos) y minerales (potasio, magnesio, calcio, fósforo, manganeso, hierro).
Debido a sus propiedades nutricionales y saludables, el membrillo también es usado para hacer un jarabe medicinal natural (preguntad en tiendas de dietética o herboristerías). Sus propiedades más significativas son: