Como continuación de mi post de hace un par de días, vamos a seguir hablando sobre el Método Whole30. En este post hablaremos sobre los alimentos NO permitidos durante los 30 días del reto.
Basándose en todas las condiciones negativas de los alimentos que nos restan salud se confeccionan las reglas de la dieta. Entre ellas destacan:

–No comer cereales. Aquí se incluyen trigo, centeno, cebada, avena, maíz, arroz, mijo, bulgur, sorgo, cereales germinados y todos los pseudocereales sin gluten como el amaranto, el trigo sarraceno o la quinoa. También se incluyen todos los derivados del trigo, el maíz o el arroz, como salvado, germen o almidón.
–No comer legumbres. Aquí se incluyen alubias de todo tipo negras, rojas, pintas, blancas, frijoles, habas, habones, guisantes, garbanzos, lentejas y cacahuetes. Tampoco ningún tipo de soja, como salsa de soja, miso, tofu, tempeh, edamame y todas las maneras que tenemos de introducir la soja en otros alimentos como el aceite y la lecitina de soja. Las únicas excepciones son las judías verdes, los tirabeques y las vainas de los guisantes tiernos.
–No consumir lácteos. Se incluyen productos derivados de la leche de vaca, cabra u oveja como la nata, el queso, el kéfir, el yogur y la nata agria. Las únicas excepciones son la mantequilla clarificada o ghee.
–No comer carragenanos, glutamato monosódico ni sulfitos añadidos. Si aparecen en cualquier forma en la lista de ingredientes de nuestras comidas o bebidas procesadas han de quedar fuera de nuestro whole30.
–No recrear por nuestra cuenta repostería, caprichos o comida basura con ingredientes permitidos. Nada de tortitas de plátano y huevo, magdalenas de harina de almendra, o helado de leche de coco. Los ataques de gula y nuestros hábitos no cambiarán si seguimos comiendo esas cosas, por más que estén elaboradas con ingredientes aceptados en el whole30.
–Y por último no subirnos a la báscula. Este método es mucho más que una dieta para perder peso y, si nos concentramos en la composición corporal, pasaremos por alto los beneficios más espectaculares y duraderos que nos ofrece.
¿Os preguntaréis? ¿Qué puedo comer entonces? La lista de alimentos permitidos es tan larga que ya le dedicaré otro post. Es más, hasta los vegetarianos pueden tener espacio en este reto. (Ya hablaremos de ello en el futuro).
En este post os ofrezco un plato de una sola cazuela, (En este caso veggie) que incluye proteínas, verduras y grasas naturales en un solo plato, sin necesidad de añadir acompañamientos ni guarniciones que combinen. Como es
Sopa thai de coco
PARA 2 PERSONAS
TIEMPO DE PREPARACIÓN: 20 minutos
TIEMPO DE COCCIÓN: 40 minutos
TIEMPO TOTAL: 60 minutos
caldo de verduras
2 l de agua

1 rama de citronela en trozos de 5 cm
1 raíz de jengibre, en trozos de 2,5 cm
1 chalota o 1 cebolla roja pequeña, en dados
1 jalapeño despepitado, cortado por la mitad
4 limas cortadas por la mitad, y su ralladura
450 g de sobre muslos de pollo en dados de 2,5 cm
1 lata (400 g) de leche de coco
3 tazas de champiñones en cuartos
1 pimiento morrón rojo en dados
1 chirivía en rodajas de 0,5 cm
1 zanahoria en rodajas de 0,5 cm
1 cucharadita de sal
1 cebolla tierna picada fina
1 cucharada de cilantro fresco picado fino
PREPARACIÓN
En una olla grande llevar a ebullición el caldo, la citronela, el jengibre, la chalota, el jalapeño y 6 de las mitades de lima. Bajar el fuego y dejar que hierva a fuego medio, con la olla destapada, durante 15 minutos.
Sacar del caldo y escurrir la citronela, la chalota, el jalapeño y las limas. Añadir el caldo el pollo, la leche de coco, los champiñones, el pimiento, la chirivía, la zanahoria y la sal. Cocer a fuego medio-alto durante unos 25 minutos, hasta que el pollo está bien hecho y la zanahoria y la chirivía están tiernas. Servir en cuencos y decora con cebollino, cilantro y ralladura de lima, y añadir el zumo de las dos mitades de lima restantes.