A pesar de que actualmente el calabacín se puede encontrar en el mercado durante todo el año, con la llegada del buen tiempo (primavera y verano) llega su temporada “natural”. (Os aconsejo comprar flores de calabacín. Están deliciosas y sin muy nutritivas (y bajas en calorías).

Su principal componente es el agua, aunque también contiene hidratos de carbono de absorción lenta, algo de proteínas y un muy pequeño porcentaje cantidades de grasa. Contiene vitamina C, B1, B2, B6 y trazas de betacaroteno, minerales tales como potasio, magnesio, sodio, yodo, calcio y algo de hierro.
Todo esto, unido a su aporte de fibra, convierte al calabacín en un alimento de bajo aporte calórico, ideal para incluir en las dietas de adelgazamiento o para perder de peso.
También es una opción excelente para niños difíciles con la verdura (yo tengo una de ellos en casa), ya que el calabacín es un alimento relativamente fácil de incluir en su dieta, gracias a su textura, color y sabor muy suave. Si se mezcla con patata, por su aspecto, es posible que se confunda con ella.
Los purés y cremas de calabacín (con patata y quesito) son platos suaves y fáciles de comer para los más pequeños. La tortilla de patatas con calabacín es otro ejemplo. Todo sea para introducirles al sabor de esta nutritiva hortaliza.
En cuanto a sus propiedades saludables, el calabacín está recomendado para:




Para que lo entendáis: cuando adelgazamos, lo hacemos 50% de grasa y 50% de músculo, pero cuando volvemos a engordar, solamente engordamos 100% de grasa….


