La idea de que el entrenamiento de la capacidad física es algo reservado para los más jóvenes, o como parte de una rutina tediosa y llena de dificultades ha pasado a la historia, ya que este concepto del entrenamiento físico ya no se sostiene por ninguna parte (afortunadamente).
Hay un gran número de actividades que permiten desarrollar la forma física y pueden practicarse durante casi toda la vida, constituyendo además una fuente de diversión y de esparcimiento. (Actividades como Yoga, Pilates, Yoguilates, Bodybalance, bailes de salón, danza del vientre, etc. etc.)
El culto a la fuerza muscular como máximo exponente de la forma física va siendo sustituido por la idea de la aptitud motriz. ¿Os habéis quedado igual?
La aptitud motriz concede menos importancia a la fuerza o al desarrollo de la masa muscular, para introducir otras metas como resistencia, flexibilidad, coordinación, velocidad, etc.. todos ellos considerados como elementos aplicados a ejercicios concretos como por ejemplo natación, ciclismo, carrera (últimamente, popularizados gracias a las carreras urbanas, maratones y triatlones), tenis, fútbol, etc..
La edad tiene un papel importante con la capacidad de rendimiento físico. Esta capacidad aumenta progresivamente durante la infancia y la adolescencia (de ahí la importancia de que los niños y jóvenes practiquen deporte regularmente), alcanzando su máximo entre los veinte años y treinta años (cuando desgraciadamente muchos de nuestros jóvenes ya han dejado de practicar deporte habitualmente). Después de los treinta años disminuye esta capacidad de rendimiento físico quedando en la mitad a los setenta años.
Pero lo más importante no es obtener un rendimiento máximo, sino los beneficios que la actividad física genera en todas las edades. Andar, correr, subir escaleras, bailar, saltar a la comba, o practicar alguna actividad en equipo o en un gimnasio. Todo vale. La cuestión es moverse, ya que todos podéis practicar algún tipo de ejercicio físico, pero siempre dentro de vuestras posibilidades. ¿Por qué?
Los deportes con impacto o saltos (aeróbicos), como correr, deben ser practicados y alternados siempre con ejercicios de estiramiento y tonificación muscular (anaeróbicos), ya que sino, a la larga pueden acarrear más problemas que beneficios para la salud.
Un ejemplo que pasó por mi consulta, fue el de un hombre de cuarenta y cuatro años con problemas y dolor en la zona lumbar. Como su médico le había recomendado practicar mucho ejercicio físico, estuvo entrenando la carrera durante casi diez años. Nada más y nada menos. Ni estiramientos, ni ejercicios para fortalecer los músculos de la espalda, ni nada, de nada, solamente correr una media de unos 25 kilómetros semanales.
En definitiva, este hombre vino a verme derivado por su fisioterapeuta para realizar un programa de estiramientos, Yoga y Pilates, ya que éste es el único ejercicio físico que puede practicar hasta nueva orden. Gracias al tratamiento ha mejorado considerablemente, pero todavía no puede realizar ejercicios aeróbicos.
Moraleja: Es tan importante trabajar ejercicios cardiovasculares (aeróbicos), de tonificación muscular (anaeróbicos), como de estiramientos para dar elasticidad al sistema músculo-tendinoso. Debe haber un equilibrio entre los tres tipos de ejercicio físico: aeróbico, anaeróbico y de estiramiento.
En función de la intensidad, (a mayor intensidad, mayores efectos), practicando regularmente ejercicio físico (adecuado a vuestras capacidades), mejoraréis nuestro sistema cardiovascular y salud en general. Además, ganaréis agilidad, fuerza muscular, resistencia y elasticidad. En definitiva, os encontraréis mejor!!!
¿Y vosotros? ¿Practicáis alguna actividad física o deportiva? ¿Tenéis pensado hacerlo? Estaré encantada de leer vuestros comentarios!!!
Besos desde mi blog!!!