Hoy quiero hablaros de un dulce típico y famoso en Hungría, y uno de mis favoritos: Kürtöskalács, cuya traducción del húngaro sería «torta de chimenea o estufa».
Kürtöskalács consiste en una pasta hecha a base de levadura fresca, aceite de girasol y agua, envuelta alrededor de un cilindro de madera en forma de rulo o cilindro, adquiriendo una figura muy peculiar.
Al final de la cocción a la brasa, se le añade una ligerísima capa de aceite de girasol y se espolvorea con azúcar, consiguiendo de esta manera un inconfundible y exquisito aroma a
caramelo…..
La receta original se ha ido sofisticando con el paso de los años, llegando a crear infinidades de variedades elaboradas con vainilla, nueces, amapola, chocolate, almendra, canela, etc…
Kürtöskalács nació en Transilvania cuando ésta todavía formaba parte de Hungría.
Originariamente, este dulce se cocía sobre la brasa caliente obtenida después de haber horneado el pan, pero poco a poco se fue perfeccionando la técnica de cocción hasta desarrollar un producto único y delicioso que se toma habitualmente para desayunar, merendar o como tentempié.
Actualmente, Kürtöskalács se puede encontrar en panaderías, pastelerías. También hay vendedores ambulantes que los venden en las esquinas de las calles, ferias e incluso en piscinas y balnearios públicos, tan habituales en Hungría, ya que es el país de las aguas termales (es una gozada!!!).
Uno de mis sitios favoritos, que os recomiendo si alguna vez vais a Budapest, es la Pastelería Molnár’s Kürtöskalács que está en la calle Váci ucta 31 de la ciudad.
Mientras, os invito a visitar su página web que entre otros idiomas, está en español: www.kurtoskalacs.com . Seguro que os abre el apetito…..
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