El swishing es una tendencia que nació en Nueva York, hará algo más de diez años (hay muchas versiones sobre su verdadero origen),
y poco a poco fue ganando adeptas en el Reino Unido, Francia, y el resto de Europa (y casi del mundo), hasta convertirse en un fenómeno social (bueno, es un decir): las SWISHING PARTIES!!!
El swishing consiste en el intercambio de ropa, zapatos, bolsos y c0mplementos de moda en el marco de una reunión, fiesta o encuentro entre amigos, conocidos y hasta amigos de conocidos (¿El poder de las redes sociales?). Hay múltiples opciones de convocatoria … dejad correr vuestra imaginación..
En un encuentro o fiesta swishing cada asistente debe llevar por lo menos una prenda de vestir (o complemento) que no vaya a utilizar y lógicamente que esté en perfecto estado y limpia. (Bueno, bueno, bueno… he visto de todo.).
De esta manera podéis dar una segunda oportunidad a prendas que ya no os ponéis, a la vez que podéis encontrar alguna otra pieza de la que os quedéis prendadas!!! Reconozco que a mi me ha pasado más de una vez.
Recuerdo que en una fiesta swishing intercambié un bolso bandolera Luis Vuitton (original) que ya no usaba (y estaba completamente nuevo), por un precioso bolso Bulga del que me quedé enamorada, el cual estoy utilizando muchísimo.
En otro encuentro cambié una gabardina Max Mara Weekend muy mona, (pero que nunca me ponía), por unos pantalones Ermanno Scervinno que me quedaban como anillo al dedo. Y así más…
Las reglas para una fiesta/ reunión swishing son sencillas: se designa un punto de encuentro en una fecha y hora determinada (normalmente en una casa particular) y todo el mundo debe traer como mínimo una prenda (en perfecto estado, limpia y planchada).
Las prendas se distribuyen a la vista de todos como si fuese un aparador y cada uno va eligiendo aquellas que más les llaman la atención. Si alguna prenda tuviese varios pretendientes, se puede sortear o establecer la manera de elección de la misma.
Por cada prenda que se aporta, se puede recibir una a cambio, en una primera ronda. Y así, en lo sucesivo (o como decidáis establecer). Para hacer más ameno el encuentro, se puede hacer una degustación de tés, bebidas refrescantes (mejor sin azúcar), o lo que os apetezca.
Tendríais que ver algunas de las fiestas de swishing que hacen mi hija y sus amigas. No cuento más porque sé que me leen.
Algunas de ellas están en una edad “Fashion victims totales”. Muchas chicas se cansan en seguida de su ropa (o ni se la llegan a poner) y en cambio anhelan las prendas de sus amigas….. (“bendita adolescencia!!!”).
De esta manera contribuyen a moderar sus hábitos de consumo y apoyan un modo más sostenible de entender el mercado textil……
¿Y vosotros? ¿Habíais oído hablar del swishing? ¿Lo encontráis interesante? ¿Habéis asistido alguna vez a una de estas reuniones de “intercambio de moda”? Estaré encantada de leer vuestros comentarios en mi blog