¿Cuántos de vosotros NO ha sentido ninguna molestia o dolor muscular desde hace más de un mes? ¿Sabíais que solo un 5% de la población española -entre 25 y 64 años- se libra de las molestias y los dolores musculares? De ello hablaremos en este post
Nuestro estilo de vida ha incorporado dietas saludables, confort en el hogar, deporte… Todo para sentirnos bien y aumentar nuestra calidad de vida. Además de los consabidos beneficios para el cuerpo y la salud, el entrenamiento y el ejercicio físico nos aportan otros beneficios para nuestro bienestar emocional, tanto si nos referimos a la práctica de deportes o actividades individuales como en grupos.
Si hablamos de disciplinas individuales como pueden ser las que se practican en gimnasios, correr o nadar, nos va a ayudar a conciliar el suelo, a tener más capacidad de concentración, y a mitigar el estres y la ansiedad. Si éstas se practican al aire libre, se incrementan aún más estos beneficios de salud mental a los que nos referimos
Las sentadillas son uno de los ejercicios clásicos de toda la vida. ¿Cuántos de vosotros no ha hecho alguna vez sentadillas o squads en el gimnasio?
Solas o acompañadas en todas sus variantes: con pesas, con una pierna, en equilibrio, combinadas con brazos, con power plate, con kettle bells, o hasta en yoga (la postura de la silla).
A parte de implicar muchas cadenas musculares en su ejecución, es el ejercicio más funcional que existe para la vida diaria, pero, ¿Sabíais que diariamente practicáis varias sentadillas sin ser conscientes de ello?
Cada vez que os sentáis y os levantáis de una silla, cada vez que os agacháis para poneros o abrocharos los zapatos, cada vez que cogéis cualquier cosa del suelo; cada vez que os agacháis para sacar la colada de la lavadora, o los platos del lavavajillas, o para coger la comida del horno (en el caso de que no tengáis una cocina moderna); en todas estas acciones cotidianas y en muchas más, estáis realizando una o varias sentadillas.
En todos los casos, las sentadillas están consideradas como “las reinas de los ejercicios”.
Queman calorías: las sentadillas queman un gran número de calorías, y no solo mientras se realizan, sino que se siguen quemando durante las 24 horas siguientes, gracias a su intensidad; debido a esto último también estimulan el sistema cardiovascular.
El aceite de ricino, en su uso interno además sirve para reducir los dolores y estimular el sistema inmunitario, y en uso externo para aliviar heridas de la piel y como un potente antibacteriano, antiviral y fungicida.
Cuando hablamos de EPOC, se pueden crear confusiones en base en el contexto en el que hablemos. Aunque hay personas que ni siquiera saben a que palabra corresponden estas siglas.
Los que tengan una enfermedad pulmonar obstructiva seguramente están más familiarizados con EPOC (o quizá no), pero a veces, y dentro del marco de otras publicaciones, sobre todo de fitness, running salud y/o deporte, HITT, running, crossfit, etc, también se habla de EPOC, pero dentro de un entorno diferente y con un significado completamente diferente.
¿Y por qué deberíamos conocer ambas diferencias? Aunque ambos acrónimos comparten las mismas siglas, solo tienen una palabra en común: OXÍGENO. Veamos:
EPOC es un acrónimo de Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica EPOC en inglés significa Excess Post-exercise Oxigen Consumption (que traducido sería sobre consumo de oxígeno después del ejercicio) Usualmente cuando hablamos en español, EPOC es un acrónimo de Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica, y no se refiere a una dolencia solamente en sí misma (todavía hay algo de confusión entre la gente sobre ello) sino que la EPOC engloba a un GRUPO de ENFERMEDADES PULMONARES entre las que se encuentran la bronquitis crónica y el enfisema pulmonar.
Desde el 2010, la EPOC es la tercera causa de muerte a nivel mundial, precedida de la cardiopatía isquémica y del accidente cardiovascular.
El tabaco (¡Ojo! incluso los fumadores pasivos) es el responsable de más del 80% de los casos de EPOC. Aproximadamente el 15% al 20% de los fumadores desarrollará alguna de estas enfermedades (bronquitis crónica, enfisema, etc..)
En algunos casos, la EPOC se relaciona con la contaminación del aire o con una enfermedad genética.
Tipo A: EPOC no agudizadora con enfisema o bronquitis crónica. Tipo B: EPOC mixta con asma, tenga o no agudizaciones frecuentes (enfisema y/o bronquitis). Tipo C: EPOC agudizadora con enfisema. (Las paredes de los alvéolos se vuelven menos elásticas y, por ello, resulta más difícil vaciar aire de los pulmones). Tipo D: EPOC agudizadora con bronquitis crónica. (Las vías respiratorias se encuentran inflamadas y estrechadas, lo que impide que los pulmones se vacíen normalmente durante la espiración).
Hasta el momento no hay cura para la EPOC. Sin embargo, los cambios en el estilo de vida y los tratamientos pueden lograr que nos sentamos mejor y permanezcamos más activos, y podamos retrasar la progresión de la enfermedad. Ahí mi ejemplo. (Los que me conocen ya saben de que hablo).
En otro post, ya os hablaré sobre más detalles acerca de las causas, complicaciones y/o consejos para prevenir o retrasar la degeneración de la enfermedad (a parte de los fármacos, claro), pero mientras en este artículo nos volveremos a centrar en las siglas y acrónimo de EPOC.
En inglés, las siglas EPOC significan (Excess Post-exercise Oxigen Consumption) que en español traduciríamos como Sobreconsumo de Oxígeno Post-Ejercicio (¿SOPE? aunque no se usa así) y no tiene nada que ver con el significado de EPOC en español. (No vayáis a confundidos)
Este fenómeno suele producirse después o durante un entrenamiento de alta intensidad HIIT. Es decir: cuando se entrena a alta intensidad, se necesitan (queman) más carbohidratos durante la sesión. Lógicamente, el cuerpo debe recuperarse del esfuerzo intenso y volver a su punto de equilibrio, y para ello necesita más oxígeno, por lo que activa el sistema aeróbico, gastando (o quemando) grasa para ello. Es lo que se conoce como EPOC (Excess Post-exercise Oxigen Consumption). Pero eso no es todo:
La celulitis puede estar originada por problemas hormonales, herencia genética, mala circulación sanguínea, sedentarismo, estilo de vida poco saludable, etcétera… y si no se toman medidas adecuadas en las primeras fases de su aparición, cada vez puede hacer que el problema sea mayor
La articulación de la rodilla es la más grande y compleja del cuerpo debido a la cantidad de estructuras internas que la componen: huesos, cartílagos, ligamentos y líquidos. Su función principal es dar estabilidad y movilidad (flexión-extensión) a la pierna. Y queramos o no, es una de las partes del cuerpo más propensa a lesionarse o a tener algún tipo de dolor o problema relacionado con la fascia.
Además de las articulaciones, la rodilla se mueve gracias a los músculos y tendones de las piernas. Las rodillas permiten que las piernas puedan doblarse y enderezarse, por lo que si alguno de sus componentes se lastiman, además de causar dolor, se pueden tener problemas para andar, correr, subir escaleras, agacharse o hacer cualquier movimiento que implique la movilidad de la pierna y estabilidad del cuerpo. Algunas de los problemas de las rodillas, como los causados por un accidente, ya sea una lesión, golpe o caída no se pueden prevenir a no ser que se lleven protecciones especiales en las rodillas. (¡Ojo! a los patinadores, esquiadores y jugadores con riesgo de caída). Sin embargo, muchos problemas de las rodillas pueden prevenirse si se toman algunas precauciones:
Después del verano y el parón que muchos han hecho por vacaciones, descanso, calor o simplemente porque en verano no nos apetece entrenar tanto… (!ojo! no siempre es así, pero conozco muchos más casos de los que nos imagináis); con la vuelta a la rutina y el nuevo curso «escolar» (aunque no vayamos a la escuela), plantearse la vuelta a entrenar en el gimnasio, piscina, running o comenzara alguna nueva actividad cada vez más de moda como HIIT, crossfit, boxeo o yoga en plan más relajado, suele estar a la orden del día.
Por cierto, no os creáis los que hayáis elegido YOGA que os vais a librar de tener agujetas durante las primeras sesiones. La musculatura debe acostumbrarse y/o adaptarse a las posturas, elongaciones y esfuerzo que se realiza en cada una de las asanas. Sí, porque el yoga también cansa (aunque sea un ejercicio algo más pasivo que otros).
Centrándonos en el tema de referencia: ¿Cuántos de vosotros no ha sentido alguna vez unas agujetas horrorosas? ¿O cansancio muscular o dolor por sobre esfuerzo?
Supongo que muchos estaréis pensando en runners (los más habituales, ahora que está tan de moda correr), pero ciclistas, nadadores, bailarines o como he dicho antes, hasta bailarines, practicantes de pilates y/o yoga pueden sufrir algún percance muscular, ya no solo por lesión, sino por exceso de tensión, sobre esfuerzo o cualquier otro contratiempo que pueda afectar a esta parte de nuestro cuerpo.
Practicar asiduamente algún tipo de deporte proporciona innumerables beneficios para la salud:
mantiene en forma los músculos, estimula la circulación, previene la aparición de enfermedades, favorece las funciones metabólicas y antioxidantes y aporta bienestar psicológico.
Sin embargo, es importante practicarlo de forma adecuada y no cometer excesos. Ahí volvemos al tema por el que hemos comenzado el post:
La espirulina es una de las algas más populares que hay. Muchos deportistas suelen tomarla en suplementos por su rico aporte en proteinas y minerales
Muy rica en nutrientes, la espirulina tiene un gran valor nutritivo, siendo un excelente complemento en dietas para adelgazar, en deportistas, en estados de decaimiento, desnutrición, estrés o ansiedad, o hasta para evitar la caída del cabello, (ideal para los cambios de estación.
La espirulina (Spirulina maxima) es una alga unicelular que crece y se multiplica en aguas naturales en medio alcalino y fue descubierta por primera vez en lagos mejicanos, pero en la actualidad ya se cultiva en varios países. Tiene forma de espiral (de ahí su nombre), y es de color azul verdoso por la presencia de clorofila que le da el color verde y de ficocianina, pigmento que le da el color azulado.
Haciendo un poco de historia, los nativos de Méjico en el siglo XVI ya recogían algas del cercano lago Texcoco, las maceraban y hacían con ellas pastelitos que sabían a queso. En las crónicas que recoge Bernal Díaz del Castillo sobre la conquista española de Méjico, ya hace referencia a este maravilloso manjar.
En 1964 el botánico belga J. Leonar vio galletas de color verdi azul en los mercados populares de la región de Kanm (actualmente en la República de Chad). Estas galletas, que los nativos llamaban dihé, estaban confeccionadas con algas procedentes de las laguna alcalinas que rodean al lago Chadm y eran un alimento muy preciado entre la población local.
Tras examinarlos con microscopio, Leonar descubrió que el dihé estaba compuesto por filamentos espirales de un alga llamada espirulina. Cuando volvió a Bélgica Leonar y su colega P. Compete descubrieron que el dihé era una fuente que constituían hasta un 79% de su peso en seco. Investigaciones posteriores realizadas en Japón, Italia, Mejico y Francia confirmaron que la espirulina posee un alto contenido en proteínas, incluso superior a la soja.
La proteína pura de la espirulina contiene metionina, triptófano y otros aminoácidos en concentraciones similares, si no superiores a las de la caseína, principal proteína de la leche. Pero eso no es todo:
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