Se conoce como lumbalgia al dolor localizado en la zona lumbar, es decir, en la zona baja de la columna vertebral. Dicho dolor se puede extender desde el final de las costillas posteriores hasta la parte más baja de los glúteos. A menudo estas molestias son causadas por un problema en las articulaciones de la columna vertebral o incluso por esguinces. Los expertos estiman que alrededor del 80% de la población mundial presentará signos de lumbalgia al menos una vez a lo largo de su vida. De hecho, en el Estado español sobre el 11% de las incapacidades de carácter temporal derivan de lumbalgias.
La lumbalgia se caracteriza por dolores que pueden llegar a ser muy intensos y que aparecen de forma repentina en la zona lumbar. Esta patología a menudo dificulta el movimiento de la persona afectada, haciendo que no sea posible caminar con facilidad. En ocasiones el dolor llega hasta las extremidades inferiores.
La principal causa de la lumbalgia es la existencia de un problema en la columna vertebral debido a una posible alteración de los músculos del área afectada. Dicha modificación puede deberse a un bloqueo de las articulaciones producido o bien por mantener una postura incorrecta durante un periodo de tiempo, o por la realización de un movimiento de forma brusca.
Según expertos en la materia, un factor que interviene en la aparición de la lumbalgia son los hábitos de vida. Es decir, el sedentarismo, así como el sobrepeso, hacen que el cuerpo se vaya debilitando. Cuidar la ergonomía y mantener una vida activa disminuiría las probabilidades de padecer esta patología. Sin embargo, si ya es tarde para prevenirlo, lo mejor es tratar de reducir al máximo sus consecuencias. Afortunadamente, actualmente existen varios métodos para tratar la lumbalgia y reducir sus síntomas. Entre ellos, se pueden encontrar desde el clásico tratamiento a base de frío y calor, hasta sofisticadas medidas como la andulación.
Tratamientos
La primera medida que se debe tomar en cuanto aparece el dolor lumbar es procurar descansar. Aunque un reposo prolongado puede debilitar los músculos, es importante tratar de reducir al máximo la actividad de la zona afectada durante los primeros días, ya que de esta forma los tejidos dañados podrán sanar. Sin embargo, esta medida puede no ser suficiente en todos los casos. El tratamiento de la patología dependerá de la gravedad del problema, así como de los antecedentes de cada paciente.
Aplicación de frío o calor
La aplicación de frío o calor en la zona afectada puede aliviar el dolor. Sin embargo, el empleo de una u otra temperatura depende de cada paciente, ya que algunos reaccionan mejor al frío y otros al calor. La clave es probar y ver cuál es el que mejor se adapta a las características de la persona afectada.
Suministro de medicamentos
Los médicos pueden recomendar el uso de analgésicos para tratar de reducir el dolor. Así mismo, el tratamiento también se puede apoyar en los antiinflamatorios.
Recolocación
Dependiendo de las causas de la lumbalgia el profesional médico puede recomendar la recolocación de la articulación. Esta medida suele tomarse cuando el dolor es causado por un bloqueo en la articulación de la columna vertebral. Un profesional puede volverla a poner en su sitio para así poder recuperar la movilidad. Es importante confiar en expertos y no hacer maniobras peligrosas por cuenta propia.
Tecnología de Andulación
Se trata de una innovadora tecnología desarrollada por HPP que se basa en la combinación de tres terapias en una. Por una parte, se emplea la emisión de vibraciones de carácter mecánico, dichos movimientos se combinan con calor de infrarrojos al tiempo que se mantiene una postura ergonómica determinada. Gracias al efecto vasodilatador del calor y las vibraciones se produce una mejora en la circulación. Esto hace que la zona se relaje y poco a poco se pueda ir recuperando la movilidad del área afectada.
Esta tecnología se aplica a través de dispositivos sanitarios que suelen estar instalados en centros especializados de profesionales médicos y fisioterapeutas. Sin embargo, actualmente es posible instalar un dispositivo propio en la casa del paciente. Esta opción resulta especialmente útil para aquellas personas que tienen tendencia a sufrir lumbalgias o que padecen también otro tipo de patologías que requieren del mismo tratamiento, como es el caso de la ciática, el reuma, la artrosis…
Fisioterapia
La fisioterapia es una disciplina que se puede emplear como técnica de prevención. Se trata de un tratamiento especialmente pensado para aquellas personas que ya han tenido episodios de lumbalgia con anterioridad y quieren evitar posibles recaídas. Se recomienda el uso de esta terapia cuando son los tirones musculares los causantes de la lumbalgia.
Acupuntura
Otra de las técnicas populares para el tratamiento de la lumbalgia es la acupuntura, una técnica oriental que consiste en la localización estratégica de finas agujas en la zona afectada para así reducir el dolor.