En los días de frio invernal, mucha gente se protege la cabeza con gorros, boinas o sombreros (cada vez hay modelos más glamourosos, sobre todo para chicas), aunque algunos de ellos no cubren las orejas, dejándolas a la intemperie y desprotegidas del frío.
Varias leyendas urbanas y/o mitos de «medicina popular» cuentan que se pierde entre el treinta y el cuarenta por ciento del calor corporal por la cabeza. ¿Pero? ¿es eso cierto? Pues no. Diversos estudios han servido para revocar la teoría de que gran parte del calor corporal se escapa por esta parte del cuerpo, afirmando que la cabeza no tiene nada de especial frente al frío.
Un estudio publicado en el British Medical Journey (BMJ), desmonta algunos de los mitos médicos más arraigados dentro de la cultura popular. Según este estudio, el calor no se escapa por la cabeza, con más intensidad que por cualquier otra parte del cuerpo, algo que según los expertos era casi una afirmación desde que en un manual del ejército estadounidense se publicó que «entre el 40 y el 45% del calor del cuerpo se escapa por la cabeza«.
«El mito proviene probablemente de un viejo estudio militar en el que los científicos pusieron a varios individuos trajes de supervivencia ártica (pero sin gorros) y midieron su pérdida de calor corporal en temperaturas extremadamente frías«, se afirma en un estudio realizado por unos investigadores de la Universidad de Indiana. «Al no cubrirles la cabeza, se llegó a la conclusión errónea de que los seres humanos empezamos a congelarnos por arriba, es decir por la cabeza«. Nada más lejos de la realidad.
Por otra parte, el cabello protege nuestra cabeza contra el frío. El pelo nos ayuda a mantenernos abrigados preservando el calor. Pero las orejas, (a no ser que llevemos el pelo largo de tal manera que queden cubiertas), están más expuestas al frío y el viento, así que unas orejeras o un gorro que las mantenga cubiertas no os irán nada mal si queréis tenerlas bien abrigadas.
Los niños son otro asunto (ya hablaré de ello en otro post). Es recomendable que los niños lleven siempre la cabeza adecuadamente protegida durante el tiempo de frío, y cuando se habla de cabeza, se deben incluir las orejas, esas grandes olvidadas.
Uno de mis complementos favoritos, sobre todo en invierno, son las bufandas tubulares “buff” ®. Están fabricadas con tejidos de primerísima calidad (lana merino, coolmax ®, polartec ®, windstopper ®, entre otros) son elásticas y muy cómodas de llevar, gracias a su suave y agradable textura y divertidos diseños. Sus precios rondan a partir de los 12 € hasta los 30 € aproximadamente.
Las buff ® son un complemento multifunción: gorro, bufanda, orejeras, pasamontañas, diadema y mi hija las usa, hasta como coletero para el pelo, (según el modelo de buff, claro!!)
Son muy prácticas para los niños (y para los mayores), ya que se pueden llevar puestas todo el día. Mi hija cuando era pequeña utilizaba su buff hasta en el colegio. La usaba a veces como diadema, otras veces como coletero, o como bufanda, gorro o hasta como pasamontañas (cuando íbamos a esquiar). Era un complemento más a su vestimenta (super-casual). Todavía ahora, dentro su equipo de esquí y en el mío también, siempre hay una o dos buffs en diferentes estampados…
Curiosamente, las auténticas buff ® (marca registrada) están fabricadas en España (Igualada) y es una marca pionera en el mercado mundial. Ya les dedicaré otro post con las novedades para la próxima temporada.. pero como digo, de momento, lo dejo para otro post!!
¿Y vosotros? ¿Como protegéis vuestra cabeza del frío? ¿Utilizáis un gorro? ¿O nada? ¿Lleváis las orejas tapadas? ¿Conocíais las buff?