La sonrisa es contagiosa. A pesar de ello, todavía hay personas que sonríen menos de lo que deberían, ya sea por timidez, por tristeza o hasta por algún complejo con sus dientes.
Desde los tiempos del antiguo Egipto, una sonrisa blanca ha sido un símbolo de belleza, atracción y socialización. ¿O acaso no opináis lo mismo? Algunas personas (afortunadamente no todas) evitan sonreír abiertamente por temor a mostrar sus dientes amarillos o malformados.
El envejecimiento, los hábitos dietéticos o higiénicos, el tabaco o determinadas enfermedades pueden ser la causa del oscurecimiento y de la aparición de manchas en los dientes. ¿No pensáis que es una lástima no cuidar la boca? (Bueno, realmente a veces tener una bonita sonrisa blanca, con los dientes alineados y maravillosos puede costar una verdadera fortuna. Ya sería hora de que los precios se democratizasen y estuvieran al alcance de todos. De la misma manera, os aconsejo evitar centros dentistas de dudosa reputación en los que prometen maravillas por muy poco dinero, y después no cumplen lo establecido). Pero volvamos al tema positivo del artículo:
Los bebés con un mes de edad aproximadamente aprenden instintivamente que cuando sonríen logran un ambiente más positivo a su alrededor. Este instinto se mantiene durante los primeros años de vida, ya que la sonrisa les facilita la interacción y los juegos con otros niños y su relación con los adultos.
Cuando llega la adolescencia y con ella la timidez (y algunas veces los brackets o correctores para la dentadura), el acto de sonreír lpuede comenzarse a perdee (aunque no siempre, afortunadamente).
Cuando somos adultos, la sonrisa puede influir en las relaciones sociales, tanto a nivel personal y profesional. Según una encuesta de Philips realizada a más de 800 españoles, el 45% de las personas entrevistadas afirmaron que la sonrisa es el primer rasgo en el que se fijan en una persona del sexo opuesto. Las personas atribuimos, consciente o inconscientemente, una serie de características positivas a la persona que luce una sonrisa blanca y bonita.
Dada la importancia de la sonrisa, algunos trucos para maximizar los efectos de vuestra propia sonrisa son los siguientes:
Preguntad a uno (o diversos) amigos de confianza que os comenten lo que piensan de vuestra sonrisa. ¿Sonreís más o menos que los demás? No siempre nos vemos a nosotros mismos como pueden hacerlo los demás y, por esta razón, los comentarios de otras personas pueden ser un mecanismo ideal para conocernos más a nosotros mismos.
Sed generosos con vuestra sonrisa. ¿Para qué regatearla? Ofreced sonrisas como un “regalo social”. Vuestra sonrisa comunica que estáis contentos con la presencia de otras personas y tiene la capacidad de hacer que los demás se sientan bien y cómodos, ya que sonreír es un acto crea seguridad y fomenta las relaciones personales.
Cuando queráis ofrecer una buena impresión en una cita, en una entrevista o a la hora de quedar con un cliente potencial, presentaos con una amplia sonrisa, incluso aunque no lo hagáis habitualmente. Esta acción establece la base ideal para crear una primera buena impresión, facilitando la interacción hacia una relación positiva. ¡Sí!, una sonrisa puede llegar a convertir a las personas desconocidas en amigos, parejas, empleados o clientes.
Practicad vuestra sonrisa a menudo. Tomad el hábito de la sonrisa fácil y abierta. Como ejercicio, haced un esfuerzo extra y sonreír a los demás cinco veces al día.
Mantened una higiene bucal correcta. Sin excusas, ni peros. Unos dientes sanos y limpios son la base de una sonrisa saludable. Todos tenemos unas vidas ajetreadas, pero resulta importante cepillarse los dientes después de cada comida (no hay cosa más poco estética que unos dientes sucios por comida) y pasarse el hilo dental a diario, además de visitar la consulta del dentista cada seis meses.
Transformad vuestra sonrisa. Los dientes pierden de manera natural su brillo a lo largo del tiempo; el café, el vino tinto, el tabaco y muchos alimentos que ingerimos a diario pueden oscurecer nuestros dientes (por ejemplo, ahora que están de actualidad los frutos rojos y arándanos. Su pigmento puede ser un enemigo para los dientes blancos, tened la precaución de cepillar la boca después de ingerirlos).
Hay una gran cantidad de aspectos que no podemos cambiar sobre nuestro físico, pero tener unos dientes más blancos y brillantes, hoy en día y gracias a los nuevos tratamientos dentales y estéticos, es algo más fácil de conseguir y que puede tener un gran impacto sobre nosotros mismos.
Cuando se lucen unos dientes bien alineados y blancos, es más sencillo sentirse mejor y sonreír con más facilidad. Si consideráis la posibilidad de realizar un tratamiento de blanqueamiento dental, hacedlo correctamente y consultad a un profesional odontológico para que os recomiende la mejor opción.
¿Y vosotros? ¿Consideráis que vuestra sonrisa es atractiva? ¿O acaso os gustaría mejorarla? Estaré encantada de leer vuestros comentarios!!!
Besos desde mi blog!!!!