Conocido por su extenso uso en la cocina tradicional china, el Glutamato monosódico (GMS), es un potenciador del sabor, utilizado no solamente en la cocina oriental, sino en muchos alimentos procesados que podemos encontrar habitualmente en el supermercado.
Además de Glutamato monosódico, también lo podemos identificar en el etiquetaje de los ingredientes como E-621 o simplemente como “potenciador del sabor”.
Se utiliza meramente para mejorar o modificar el sabor de los alimentos y suele encontrarse habitualmente en muchos de los alimentos procesados, desde concentrados en pastillas para dar sabor a los caldos, (tan y tan usados para cocinar pasta, sopas, verduras…), sopas de sobre, salsas y comidas preparadas, galletas, snacks, bollería, salchichas de Frankfurt, embutidos, etc…..por no hablar de los restaurantes chinos y otros asiáticos, en donde se da rienda suelta a este condimento. Tanto es así que se estima que la producción de glutamato se ha multiplicado por siete en las dos últimas décadas.
¿Y qué tiene de malo?
Mucho. Su consumo en exceso (o simplemente su consumo) puede dar algunos de los síntomas siguientes: dolor de cabeza, migraña, retención de líquidos, sensación de hinchazón, gases, dolor de estómago, espasmos intestinales u otro tipo de molestias.
A parte de estos síntomas que pueden aparecer o no, según la sensibilidad de cada persona y organismo, debemos añadir otro dato más significativo: según un estudio realizado por un equipo de científicos españoles, este aditivo modifica el patrón de conducta del apetito y la saciedad, produciendo un aumento de la voracidad de hasta un 40 por ciento.
Pero eso no es todo, el consumo (exagerado o no) del glutamato sódico puede desencadenar una serie de síntomas conocidos como el “Síndrome de restaurante chino”, entre los que pueden incluir:
Dolor de cabeza (migraña), rubor, sudor y sensación de presión en la boca o cara, que suelen desaparecer al cabo de unas horas,
Retención de líquidos, flatulencias, hinchazón intestinal,
Aumento de la tensión arterial, palpitaciones, sudor y malestar general,
Acidez o ardor en el estómago, debilidad, entumecimiento alrededor de la boca,
Eritema, alergia o reacciones en la piel,
Y hasta algunas veces, problemas respiratorios (no es lo más usual, pero puede ocurrir).
Por ello, por lo menos nosotras, intentamos evitar este condimento, presente no solo en algunas recetas de comida asiática, sino también en muchos preparados alimenticios que se venden en los supermercados (desde platos precocinados, a pastillas para sopa, potenciadores del sabor, galletas, dulces o saladas y así un largo etcétera…)
Y ¿Vosotros? ¿Habíais oído hablar del glutamato sódico? ¿Soléis mirar los ingredientes de los productos que compráis en el supermercado? Estaré encantada de leer vuestros comentarios!!
Besos desde mi blog!!
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