El mató o requesón en castellano, tiene una textura suave, ligeramente gelatinosa, con un sabor fresco y húmedo. Suele prepararse con leche fresca de vaca o cabra. Para obtenerlo de una manera casera se necesitan tan sólo dos ingredientes: leche y cuajo. El de vaca tiene un color más blanco y un sabor más suave, mientras que el de cabra tiene un característico sabor y aroma intenso que es una delicia para muchos (como yo por ejemplo).
Mientras que el queso ricota es un derivado lácteo con una textura similar al mató catalán, al requesón castellano o al “cocidillo” americano, que se obtiene mediante la cocción del suero derivado de la fabricación de otros quesos. De ahí su nombre, “Ricotta” (con dos t) significa en italiano «recocido”.
Bajos en calorías (97 por 100gr), este tipo de quesos (requesón, mató o ricota) son una excelente fuente de proteínas de alta calidad, vitaminas y como no, minerales: destacan el calcio, magnesio, fósforo, sodio y potasio.
Salvo la lactosa, contienen los mismos elementos que la leche: proteínas, grasas, vitaminas y sales minerales, sobre todo calcio y fósforo, en cantidades importantes. Es un alimento ideal para el crecimiento, la convalecencia y el embarazo. Gracias a su alto contenido en calcio, el requesón activa la osificación (ideal para mujeres en etapa climatérica o con osteoporosis). Por sus vitaminas favorece la renovación de los tejidos orgánicos (Ese puntito antiedad).
Este tipo de queso puede ser un buen suplemento para estudiantes, intelectuales o grandes «pensadores» (niños en edad escolar o jóvenes universitarios), o en caso de grandes esfuerzos físicos y fatigados (sobre esfuerzo en el trabajo, deportistas, runners etc, en razón a su alto contenido en fósforo y proteínas). A los diabéticos, por no contener azúcares. A los enfermos de estómago sensible, por ser un alimento protector de este órgano, recomendable incluso en caso de úlcera. A los que padecen anemia, o enfermos convalecientes que suelen padecer carencia de calcio, y en las personas que quieran hacer dieta o régimen, debido a su bajo contenido en grasa. En definitiva, es bueno para todos….
Un postre típico catalán, consiste en el “mel i mató”, y es tan como mezclar miel y mató. Ni más ni menos. Así de sencillo. Se puede poner la miel en «topping» (encima de un trozo de mató), o mezclar ambas (miel y mató) en la batidora con unas nueces, creando así una deliciosa «crema de requesón»…. En nuestro caso, intento que la miel sea cruda y ecológica (lo mismo que el queso) o bien optamos por la mermelada sin azúcar (con estevia), mejor que mejor.
¿Y vosotros? ¿Soléis usar el queso ricota o requesón en la cocina? ¿Os animáis a preparar esta receta? Estaré encantada de leer vuestros comentarios!!!
Besos desde mi blog!!!!
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