“Kaitensushi” es una palabra compuesta japonesa que significa “cortina giratoria de sushi”. Y efectivamente, de eso se trata.
Hace unos días fuí a comer a un maravilloso restaurante japonés en Barcelona, especializado en buffet libre de kaitensushi. Creo que fue el pionero en esta ciudad. Ya hace más de diez años que están abiertos.
Una delicia. Y además económico. Por un precio fijo de menú se puede degustar desde sushis de pescado (atun, caballa, salmon) vegetales (aguacate, platano) y makis (sushi enrollado en alga nori) tambien vegetales y de pescado.
Además de los sushis, platillos de fideos soba japoneses, yakitoris (pinchos de pollo), dim sum (empanadilla china), gyoza (empanadilla japonesa), pan chino, pan de sesamo, ensalada de algas, apio, rábanos, zanahoria, etc… Y varios platillos de carne en diferentes salsas, entre otras delicias que ahora no recuerdo.
Era pecaminoso no probar cada una de las anteriores delicias, o dos en el mejor de los casos. La parte positiva, es que el menu japonés contiene una gran variedad de vitaminas, minerales y fibra (por sus algas y verduras), proteínas de alta calidad (por las carnes y pescado), hidratos de carbono de digestión lenta (por el arroz), fitoestrogenos (por la soja) y muchos antioxidantes (soja y algas). Os lo aconsejo, de verdad.
La parte negativa, fue el consumo excesivo de calorias, ya que en un buffet libre, es difícil de controlar el instinto de comer y comer sin parar…. Muchas veces necesitamos que nos marquen unos límites, ya que somos incapaces de razonar cuando se nos nubla el conocimiento por la tentación gratuita y deliciosa.
Después de comer unos 20 platillos (mi estómago dijo basta) tomé un té verde. Elección hecha a medida para intentar digerir “la comilona” que acababa de sufrir. Nuestra figura no se va a resentir si un dia nos damos un atracón, siempre y cuando, después compensemos el consumo extra de calorías que hemos dado a nuestro cuerpo.
En mi caso, no tomé postre. Supongo que para autocastigarme o autoperdonarme ante el atracón sufrido. (Es como los que desayunan un bocadillo de jamón y café con leche en el bar, pero eso si, para beber, piden una coca cola light y sacarina.
Una idiotez como una casa. Por no consumir las 100 calorías del azúcar, no van a desaparecer las 400 calorías del bocadillo. Pensemos con la cabeza, por favor….
En fin. Después de la comida, una buena siesta para digerir todo lo que llegué a engullir, y mas tarde una super mega sesion de spinnig, cycle o como se le quiera llamar, en el gimnasio. Tres cuartos de hora para quemar 900 calorías (eso es lo que prometen)….
Como último y para acabar de compensar el exceso de calorías ingeridas, hice una cena de “pobres”, una ensalada de rúcula con “carpaccio de queso” (muy carpaccio, es decir, 2 lonchitas muy muy finitas) solamente para darle un toque de color y sabor diferente a la verdura y no hacerla tan triste al paladar.
Para acabar la jornada, un yogur natural, sin azúcar ni nada de nada. Para saborear el sabor del yogur natural con nata (de los de vidrio). Ya que lo hacemos, hagámoslo bien hecho.
No por comer más se tiene que engordar……. Espero que toméis ejemplo de esté menú equilibrado de un día japonés “de vicio”…..
Besos desde mi blog!!!